La historia del fascismo en Estados Unidos ha estado presente desde los años 30 del siglo pasado, incluida la fundación de un Partido Nazi Americano. Pero ahora ellos, junto con las agrupaciones de supremacía blanca que tienen siglos de antecedentes en un país cuya Casa Blanca –y gran parte de su economía– fue construida por esclavos negros, gozan de un nuevo momento gracias a Trump. Ahora el Klan puede marchar en público sin cubrir sus rostros con una capucha.
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